Era preciosa, sus pequeñas y delicadas alas rosadas se agitaban
elegantemente bajo la maravillosa Cascada de la Estrella. Polvos brillantes y
azulados quedaban esparcidos por el suelo tras su paso.
Su vida allí
era tranquila y placentera, vivía feliz entre lirios y amapolas. Pero su
tranquilidad cesó el día en el que un joven e inexperto mago llamado Javier
quedó maravillado con su belleza y decidió llevarla consigo a su hogar.
Allí, durante tres lunas llenas, durante
tres periodos lunares, estuvo observándola sin descanso. Él era uno de los
magos que, recientemente se había incorporado a la tribu de los flaimers. Tenía
aproximadamente unos veinte años. Era de tez morena y de oscura cabellera.
Además de un
chico de admirable coraje y un ser encantador, era uno de los mejores
aprendices de mago de su escuela de magia.
Lo último que deseaba era perder a Mariposa,
no quería dejarla marchar, así que hizo un conjuro para convertirla en una
maga. Poco a poco, ella fue perdiendo su forma original y, a los pocos días,
sus alas habían desaparecido por completo. Unos preciosos y profundos ojos
pardos resaltaban en su delicado rostro rosado y su pequeña boca rojiza dejaba
asomar una leve y picaresca sonrisa. Sus pequeña naricilla chata le daba a su
cara un toque gracioso. Tenía el cabello
de un tono azul como el cielo y le llegaba hasta su erguida cintura; lo llevaba
recogido en una deslumbrante diadema plateada, adornada con pequeñas
florecillas lilas que dejaban un lindo flequillo tapando parte de su cara. Era una
chica muy carismática y divertida. Atractiva y sociable, una chica muy amable y
cariñosa. Sin embargo era muy reservada y desconfiaba con frecuencia de los demás seres. Además, una excelente
tentadora.
Realizado por Ana
Rodríguez Rusillo.
Ana la historia esta muy chula
ResponderEliminarsobre todo la descripción por que
la mayor parte de la historia está
basada en la descripción.
Muy bien Ana sigue así.
Firmado:David